Miembros del Ku Klux Klan, que proclama la supremacía
blanca, y del grupo radical a favor de la población negra New Black Panther
Party coincidieron este sábado en dos marchas en Columbia, en Carolina del Sur.
Las manifestaciones tuvieron lugar una semana después de que la bandera
confederada, cuyo símbolo está siendo revalorado tras la matanza de
Charleston, fuera retirada del Parlamento local, después de más de medio
siglo ondeando como símbolo de la Guerra Civil y del pasado de segregación y
esclavitud en el sur de Estados Unidos.
Miembros de los Caballeros Leales Blancos, una facción del
Ku Klux Klan, se manifestaron para protestar contra esta acción y durante la
marcha mostraron enseñas confederadas, algunas con la esvástica nazi
incrustada, y profirieron insultos a negros que pasaban por el lugar y que
horas antes habían realizado una vigilia en los escalones del Parlamento para
celebrar la retirada de la bandera.
La cercanía entre ambos grupos causó tensión en la ciudad de
133.000 habitantes. Esto generó una fuerte movilización de la policía, que se
presentó en el lugar con chalecos antibalas y cascos. Pese a altercados
esporádicos y horas de continuos enfrentamientos verbales entre ambas
manifestaciones, las fuerzas de seguridad consiguieron mantener el orden y
evitaron que se produjeran actos de violencia significativa.
El temor a incidentes había llevado
a las autoridades a pedir a la gente que no asistiera a ninguna de las
manifestaciones convocadas. "La fuerza y la gracia del pueblo de Carolina
del Sur demostrada las últimas tres semanas ha inspirado a nuestra familia, a
nuestros vecinos y al mundo entero", señaló la gobernadora Nikki Haley en
un comunicado. En el texto pidió evitar los alrededores de la sede legislativa.
"Esperamos que los residentes se mantengan alejados de
los grupos disruptivos del Ku Klux Klan y, en vez de promocionar la separación,
nos mantengamos unidos como el pueblo que somos", afirmó.
También el alcalde de Columbia, Steve Benjamin, emitió un
mensaje en Twitter en el que solicitó a los residentes evitar participar en las
marchas.
FUENTE: EL PAÍS, 19 JULIO 2015