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Adolf Hitler, en el estadio olímpico de Berlín en 1936. / AP |
En una rara jugada de la historia, Berlín, la ciudad donde
el 1 de agosto de
1936 Hitler inauguró unos Juegos Olímpicos donde los deportistas
alemanes de origen judío tuvieron prohibido competir, será a partir de este
lunes, 70 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial y 50 años después
de la reanudación de relaciones diplomáticas entre Alemania e Israel, la sede
de los Juegos Macabeos europeos, una fiesta deportiva que reunirá a más de
2.000 deportistas judíos de toda Europa.
Para ofrecer al mundo una imagen amable de la dictadura,
cuando la capital de III Reich se preparaba para recibir los Juegos con la
presencia de Adolf Hitler en el gran estadio de la ciudad, las autoridades de
Berlín ordenaron prohibir la odiosa propaganda antisemita que había puesto en
marcha el régimen. Pero ningún medio oficial informó sobre otra medida que
afectó, por ejemplo a Bretel Bergamnn, campeona alemana de salto de altura, que
fue excluida del equipo alemán a causa de su origen judío.
79 años después de aquellos Juegos, el famoso estadio
olímpico, un magnifico monumento de piedra construido para demostrar al mundo
la superioridad de la raza aria, será ocupado por cientos de deportistas judíos
europeos, una fiesta que ya ha sido calificada por sus organizadores como los
“juegos de la reconciliación”.
“El evento tiene una fuerte significación histórica y
política”, defendió la canciller Angela Merkel cuando recibió a los
organizadores del evento que la visitaron para comunicarle que la ciudad había
sido elegida como su sede en 2015. “El estadio es el lugar donde los Juegos
Olímpicos fueron explotados por Hitler. Ahora tendremos en ese lugar un evento
deportivo judío como los Juegos Macabeos, que representan un hermoso mensaje de
tolerancia”, dijo el ministro del Interior, Thomas de Mazière.
La decisión de elegir a Berlín tiene una enorme importancia
para la ciudad y un país que sigue luchando contra la intolerancia, la
xenofobia y el antisemitismo. “Es una señal de reconciliación con la ciudad”,
dijo Alon Meyer, presidente de los Juegos Macabeos de Alemania. “Había muchas
personas que dijeron que nunca más en su vida pisarían suelo alemán. Pero ahora
hay una nueva generación y de la responsabilidad se resolvió hace mucho
tiempo”, explicó durante una reunión con periodistas extranjeros.
A pesar de la nueva relación que existe entre la comunidad
judía continental con Berlín y el apoyo de las autoridades alemanas para que la
fiesta deportiva culmine con éxito, la presencia de los deportistas judíos en
la capital alemana no está exenta de riesgos. Por razones de seguridad, todos
se alojarán en el hotel Estrel, un gigantesco edificio ubicado en el barrio de
Neukölln y no lejos de la mezquita Al Nur, un centro donde no es raro escuchar
prédicas en contra de Israel.
Para evitar incidentes, los deportistas recibieron la
recomendación de no caminar por el barrio, una zona conflictiva y habitada en
su mayoría por personas de origen árabe, y no hacer ostentación de su origen
judío.
La ceremonia de inauguración tendrá lugar el martes en la
Waldbühne, un centro cultural al aire libre que pertenece al complejo olímpico
y contará con la presencia del presidente de Alemania, Joachim Gauck.